reflexiones
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Nadie va a poder negar esto

Independientemente de si crees que es abuso o es violación. Independientemente de que seas feminista o no. Independientemente de si crees o no que la justicia tiene que cambiar. Independientemente de tu color de piel, de tu ideología política, de tu raza, de tu edad, de tu cultura, de tu religión, de tu orientación sexual y sobre todo independientemente de que seas MUJER u HOMBRE, u HOMBRE o MUJER, no vas a poder negar ninguna de las historias que vas a leer a continuación.

Nadie va a poder negarlas, nadie va a poder decir que eso es mentira, que son unas exageradas, que esas cosas no pasan, que por un comentario de ese tipo no pasa nada, que te toquen en una discoteca es lo más normal del mundo y que si te emborrachas y aceptas irte con un tío a su casa es tu problema…

Eso es lo que nos han hecho creer, que todo lo que nos pasa es nuestro problema, pero parecer ser que nadie tiene en cuenta que nosotras también somos libres de hacer lo que nos salga del c****.

Que te líes con uno, 10 o ninguno en una noche, no le da derecho a NADIE a hacerte, decirte ni obligarte a NADA.

Que vayas por la calle vestida como a ti te apetece, no le da derecho a NADIE a hacerte, decirte ni obligarte a NADA.

Que tengas una 100 de sujetador o una 34 de pantalón, no le da derecho a NADIE a hacerte, decirte ni obligarte a NADA.

Y podríamos poner muchos ejemplos más.

Las cosas cambiaran, tienen que hacerlo, pero lo harán desde abajo, desde nuestras casas y nuestros colegios; desde la EDUCACIÓN. Y si no lo hace… estaremos perdidos.

LOVE & RESPECT

Gracias a todas las mujeres que se han animado a contar su historia, posiblemente una de muchas.

Contar esto no nos hace mejores mujeres, pero sí nos empodera. Sí nos hace ver que somos, como bien se dice por ahí, una manada y que no estamos solas, que nos tenemos a nosotras.

 

Me lié con uno y vale sí me lié pero ya y él después a la hora de irnos a casa quería q folláramos así tal cual y estaba convencido q si me había liado con él tenía q follar, su frase fue hay que acabar. Yo me cagué porque me seguía bajando la calle mayor y venga a decírmelo y menos mal q salieron mis primos para ir a trabajar me vieron mal y me llamaron y llevaron en coche, pero lo pasé fatal. De hecho era viernes y el sábado ya ni salí ni nada por miedo y encima culpandome por haberme liado con él porque podría haberme violado o algo por culpa mía.

 

Me acuerdo de una cosa que se me ha quedado grabada y se me quedará grabada para toda mi vida y es que a los 11 -12 años estaba en mi pueblo. Estaba con una amiga y pasó un grupo de chicos en un coche y gritaron: te lo comería todo y no sé qué más, algo asqueroso, y me quedé en plan, pues… Se lo conté a mi madre y me dijo: pues ese es el principio de muchos. Me lo han hecho más de una vez. Desde ese momento en el que te empiezas a desarrollar y empiezas a tener un poco más de pecho o de culo o cuando te ven que eres más mujer, tienen la estupidez en la cabeza de decirte cosas cuando no las quieres escuchar porque obviamente no es una cosa que la necesites escuchar. Y eso, y ya sabes que me han metido mano en una discoteca bastantes veces, a los 14 años en el colegio un chico también, me tocó las tetas porque le dio por ahí. Yo no me quejé porque me daba vergüenza, pero sí. Todos los años tengo a alguien en la calle gritando algo o cada pocos meses y ya estoy acostumbrada. La verdad es que me da asco que digan esas cosas pero es lo que hay no? No soy la única que lo sufre. Mi madre me dijo: te lo van a hacer siempre. Los hombres no cambiaran, ni las generaciones… Acabaran diciendo todas lo mismo al no ser que pongamos un fin a esto.

 

Luego de la sentencia de “La Manada”, empecé a leer un poco más y entre más leía algo dentro de mi se despertaba y me daba muchísimo coraje y miedo…Me hizo recordar una situación de riesgo en la que yo misma me puse hace unos meses. Estaba borracha y sola en una discoteca (porque mis amigas se habían ido), un chico de Málaga me empezó a hablar y luego de bailar  nos liamos, todo consensuado. Estaba un poco insistente en que conociera a su amigo, que era muy tímido pero intercambiamos algunas palabras. Al salir me ofrecieron compartir taxi (ellos se estaban quedando en un AirBnB en Gran Vía y faltaba poco para que abrieran el metro)…eran tres chicos y yo en mi tontería acepté irme con ellos. Llegamos a su piso y el chico con el que había pasado la noche me dijo de dormir con él y yo acepté…no contaba con que en la misma cama dormía el amigo, todo parecía normal y como que los tres estuviéramos de acuerdo. (Era un piso con 6 chicos, y yo la única mujer).

Ya en la cama, seguimos besándonos el chico y yo, y el amigo observaba y quiso unirse a la acción…yo no estaba muy de acuerdo, me daba un poco de miedo pues nunca había estado con dos hombres al mismo tiempo. (Una voz dentro de mi me decía que estaba mal hacer eso pero que si paraba quizás iban a reaccionar mal). El alcohol, esa vocecilla y el morbo me dejó continuar un rato más…hasta decidir parar y decirles: NO QUIERO. La reacción fue la que esperaba: me dijeron que era una aburrida, una niñata y que si no quería que por qué me había ido con ellos al piso…me intentaron persuadir diciendo que lo iba a pasar bien, que me dejara ir, pero vieron mi decisión tan segura así que se rindieron y no insistieron más. No sé por qué me quedé a dormir allí, y al despertar me ofrecieron churros y desayuno…me sentía como una prostituta y mi autocrítica era muy dura. Al salir recuerdo que iba como un cuerpo sin alma por la calle…pensando qué tonta fui y lo mucho que me expuse.

Fue una experiencia que intenté borrar de mis recuerdos pero al leer cómo fue la situación de la chica de la manada, vino esa noche a mi memoria y dije: ¡QUÉ ESTÚPIDA FUI! Yo podría haber sido otra víctima más como ella, lo más duro es pensar que si fuera a la inversa…si yo, junto a 5 amigas invitáramos a un chico a pasar la noche e intentáramos algo como lo que intentaron ellos conmigo…él no se sentiría vulnerable como me sentí esa noche. La sociedad nos muestra como débiles y vulnerables, como “causantes” de las violaciones por ponernos en esas situaciones…repito, no sería la misma historia para un hombre solo…con seis mujeres.

 

Hace pocos meses volvía a casa como cada martes al terminar la academia. Eran las 10 de la noche y me encontraba a escasos metros de mi portal, ya con las llaves preparadas para entrar en casa (cosa que suelo hacer por la intranquilidad y el miedo que tenemos las mujeres al volver solas a casa). Entonces me crucé con un adolescente (yo tengo 27) que parecía inofensivo y ni se me pasó por la cabeza nada raro. De repente noté que me tocaba la teta. Me quedé unos segundos en shock pensando que no podía ser verdad lo que acababa de pasar pero al mismo tiempo era consciente de que si, entonces me giré y empecé a gritarle que de qué coño iba y que ni se le ocurriera volver a hacer eso. El chico siguió su camino como si nada y yo me quedé con una sensación entre impotencia y rabia. Puede que haya quien piense que es una tontería, pero “tonterías» como estas son las que llevan a cosas mayores y no las debemos tolerar.

 

Esto no pasó en el calle, ni con un desconocido, pasó en mi habitación, con el chico que estaba en el aquel momento. Al principio todo parecía ir bien, pero al final todo cambió. Sentía bastante dolor cuando manteníamos relaciones sexuales, pero le empezó a dar igual. Me llegó a decir que no era normal, que no había conocido a ninguna mujer que sintiese tanto dolor como yo. También me dijo, sabiendo lo que me dolía, que teníamos que follar (esa palabra fue la que usó) 6 veces al día, ni una vez más ni menos. Vamos, que le importaba una mierda lo que yo sentía. Me sentí más de una vez obligada a mantener relaciones sexuales con él, pero nunca dije que no por miedo. La última vez que mantuvimos una relación me dejó tirada en la cama, llorando y preguntándome con cara de asco y pasotismo: ¿por qué lloras ahora? Obviamente, después de aquello no volvió a tocarme ni a verme la cara.

 

Un día utilicé una app estilo tinder para quedar con un chico. Era un chico que parecía mono y buen chico. La cuestión es que quedamos y para empezar, no se parecía al de la foto. Me pasó por la cabeza irme, poniendo alguna excusa pero no me pareció justo. Me llevo X una zona donde no había nadie y intento besarme. Me negué y me vino a decir q había bajado de fuera solo para verme encontrándose mal y que no era Justo porque yo era la que le había dejado claro que me gustaba y que quería el enrollarme con él . Yo me quedé confusa y pensé que quizás tenía razón (no la tenía en absoluto).
Me llevo a otro sitio y empezó a hablarme, como para tranquilizar la situación y cada tanto intentaba atacar, en esos momentos yo tenía una mentalidad bastante débil y después de mucho tiempo y intentos accedí porque quería acabar con esa situación y porque me hacía sentir mal haberle confundido. Ahora sé que no es no y si puede ser no también y no por eso debo sentirme culpable. Y posiblemente hoy me hubiera ido y lo hubiera plantado.

 

Fui a una tienda a cambiar un regalo. Hice la cola (inmensa) y alucine porque vi todo de hombres en la caja. Cuando fui a pagar, le di el dinero sin mirar porque tenía prisa y él estaba hablando con su compañero. Apartó un poco la mano para que le mirase y me dijo… Bff hace un calor que te torras hoy. Yo pregunté: qué? Y me dijo: que qué tetorras. Aluciné, le miré y le dije: que nivel, no? Y se rió y me dijo: qué nivel Maribel.

 

Me dirigía a alguna discoteca de la ciudad con dos de mis amigas, tan tranquilas, contentas y felices, sin ir borrachas. Un tío a lo lejos, bastante ebrio, se nos acercó preguntándonos cualquier tontería. Nos paramos a contestarle y ahí es cuando sucedió todo. El tío se me quedó mirando y porque sí, mientras hablaba, alargó la mano y me tocó un pecho, haciéndome daño. En aquel momento, solo pude preguntarle: ¿qué haces? Y él contestó: tocarte una teta. No sabría ni como describir mi cara ni la de mis amigas. Nos quedamos sin palabras y nunca hablamos del tema. Él se fue de rositas, es obvio que ni se acuerda de que aquella noche, pero sus actos hicieron que yo sí me acuerde (y para siempre) de que un tío desconocido borracho me tocó un pecho aquella noche.

 

Cada vez que salgo de casa tengo que sujetar mi bolso fuerte, y esperar que nada vaya a pasar. Tengo que salir de casa pensando: ¿Qué me pongo para no llamar tanto la atención? ¿Me maquillo mucho o poco? Ya que si paso por desapercibida es menos probable que me pase algo. ¡Sobretodo! llévate el espray anti-defensa, que nunca se sabe lo que puede pasar o con quien te puedes cruzar. ¡Madre mía! Y encima nos pasamos la vida pensando en la suerte que hemos tenido…. que SOLO hayan sido comentarios inapropiados, que SOLO haya sido una palmadita en el culo, que SOLO haya sido un comentario grotesco… y tener que pensar: bueno podría haber sido peor… Pues no, no me da la gana tener que pasar por esto hoy, mañana ni pasado. No es no, respétalo y punto. Tener que salir a la calle pensando espero tener suerte y que no me pase nada al ir a la Universidad, al super o a casa de mis abuelos. Espero que pueda volver a las 16.00h a casa sin tener que pasar un miedo constante en un periodo de 10 minutos. Tener que anticipar constantemente TODO, para que no te pase NADA. El mundo no da asco, las personas que no defienden ni protegen a las personas que han sido maltratadas, violadas y agredidas sexualmente son las que dan asco.

 

«Yo decido el cuándo, el dónde y con quién»

Lo malo – Aitana y Ana War

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