

Mi viaje a Tailandia | Bangkok #1
El 8 de agosto, mis amigas y yo nos embarcábamos en un viaje que permanecerá en nuestra memoria para siempre. Nuestro primer gran viaje juntas a otro continente y a otra cultura completamente diferente a la nuestra.
Una tarde (larga, todo hay que decirlo) de mayo fue lo que necesitamos para organizar la ruta de nuestro primer viaje a Asia. Una ruta que duraría 13 días, ni más ni menos, y en la que iríamos de arriba a abajo por todo el país, incluidas las islas.
Sigue leyendo para saber qué hicimos en Tailandia del 8 al 21 de agosto 😉
8 – 9 de agosto (Barcelona – Bangkok)
El 8 de agosto salimos del aeropuerto del Prat, en Barcelona, dirección Zúrich (Suiza) para coger un avión intercontinental que nos llevaría hasta Bangkok, la capital de Tailandia.
Era la primera vez que cogía un avión tan grande y, a pesar de que era impresionante, pensar que nos esperaban 10 horas de avión hasta Bangkok y que teníamos que dormir ahí, enclaustradas, hizo que me agobiara un poco.
Reclinamos los asientos, después de comer todas las veces que nos dieron comida, colocar bien la almohada y taparnos con la manta, y nos pusimos una película. Aproveché para ver La chica danesa (la recomiendo) y cuando acabó nos fuimos a dormir (o eso intentamos). Llegábamos a Bangkok a las 9 am y nos quedaba mucho día por delante.
Vi el amanecer o el atardecer, ya no lo sé, en diferentes países y diferentes husos horarios. Hablando de husos horarios, la diferencia entre Tailandia y España es de 5 horas.


A las 10:40 am (la hora que recuerdo) empezaba nuestra aventura por Asia y no éramos ni conscientes de lo que nos esperaba.
Nuestra primera parada fue Bangkok, la capital del país, y del aeropuerto al hotel cogimos un taxi (de color rosa, como dato). Ya sabíamos que nos iban a “timar”, pero no que lo hicieran tan descaradamente tapando el taxímetro (xD). Nos costó unos 600 bahts (18€ aprox.) y durante el trayecto al hotel nos llovió (fuimos en época de lluvias, aunque tampoco nos llovió tanto como esperábamos). Ahí ya empezamos a entender el concepto de “tráfico” en Tailandia y las “ilegalidades” al volante.
Nos alojamos en Let’s Zzz Bangkok (todos los hoteles los cogimos en Booking). Era un hotel típico europeo y bastante acogedor. Teníamos el desayuno incluido. Nos gustó.


Por cierto, no vimos ni cucarachas, ni ratones ni bichos extraños, como (casi) todo el mundo (nos) me había dicho en ningún hotel. En todo el viaje solo vi dos cucarachas y dos ratones y por la calle.
Consejo: leed las reviews de los hoteles y sed conscientes de lo que reserváis. No pasa nada por pagar un poco más y estar en un sitio decente (o más que decente).
Otra cosa, nosotras nos movimos durante todo el viaje con taxi y/o con tuk-tuk.


Para coger taxi hay una app (bendita app) que es un must si vas a Tailandia. GRAB se llama y funciona igual que UBER. Nos fue genial.
Si coges tuk-tuk tienes que regatear, aunque a veces pueden decirte: ahí te quedas, majo (porque para ellos es demasiado poco lo que les propones según la distancia que vayas a recorrer). A veces hay que pensar que en Bahts puede parecernos mucho y en realidad, en Euros es poco (y que nos lo podemos permitir si ya estamos allí, sabes?)
Cuando viví en Londres, conviví con una chica tailandesa que siempre me decía que fuera a Tailandia. Bien, pues había llegado el momento y quedamos con ella. El único “problema” es que nosotras estábamos de vacaciones y ella trabajaba, así que tuvimos que quedar con ella bastante tarde (para nosotras), pero lo conseguimos (es importante recordar que estábamos KO, ya que llevábamos muchas horas despiertas y habíamos mal dormido en un avión).
Antes de todo esto, fuimos a comer a un centro comercial llamado Siam Square y para no romper con nuestras raíces occidentales tan de golpe, comimos en Jamie’s Oliver. Estábamos más pa’llí que pa’quí llegados a este punto. Nos temblaba el suelo, nos mareábamos… También hay que decir que acabábamos de coger por primera vez un tuk-tuk y, aunque no fue la peor experiencia en uno de esos, fue una “bofetada” de realidad tuk-tukera. Además, como he dicho antes no habíamos descansado lo que se dice mucho y estábamos KO.


Allí, en Jamie’s Oliver, fuimos conscientes de que Tailandia era un país en el que había muchas personas trans y estaba bastante normalizado. Os dejo este post de Mochileros en Tailandia sobre el tema.
Después de comer, empezamos a ser otras y ya no recuerdo si volvimos al hotel o si nos fuimos directamente a Pratunam Market.
El viaje en tuk-tuk de dónde estábamos hasta el mercado fue una de las experiencias más aterradoras que he vivido al volante (exagero, porque me gusta exagerar). Ahí, en medio de la carretera, en un tuk-tuk, vimos la realidad del tráfico y la contaminación de Bangkok y cómo el tuk-tukero (conductor) decidía hacer una ilegalidad y cambiar de dirección en medio del atasco con nosotras tres dentro.
El Pratunam Market es uno de los mercados más grandes de Bangkok y el que más tiendas de ropa tiene de todo Tailandia, y es cierto. Es ENORME y creo que lo no encuentres ahí, no lo encontrarás en ningún sitio.


De lo grande que es, nos perdimos y hubo un momento en el que tuvimos miedo. Al fin y al cabo, ya era de noche, nadie podía negar que éramos occidentales, no teníamos internet y, tampoco sabíamos muy bien dónde estábamos. Solo pudimos confirmar que estábamos en Asia después de comprarnos mascarillas, como hacen ellos, para no respirar tanto CO2 en el tuk-tuk (no confirmamos que estábamos en Asia solo por eso, aunque es cierto lo de la mascarilla).
La verdad es que no nos lo podíamos creer. Estar en Asia era surrealista.


Nuestro primer día en Tailandia acabó con mi amiga Clean (la tailandesa) citándonos en otro centro comercial y, cuando por fin, después de todo el día vagabundeando por Bangkok, nos encontramos con ella, ya pude respirar tranquila. Ya había cumplido.


Cenamos en un japonés (muy tailandés todo, nótese la ironía) y en compartimentos individuales. Nos lo tomamos un poco a cachondeo, porque encima no hablábamos nada de tailandés (obvio, aunque aprendimos a decir hola y gracias y fue nuestra perdición xD), así que Clean nos hacia de intérprete, tanto en el restaurante como con el taxista de vuelta al hotel (justo ahí, mientras Clean hablaba con el taxista, vi la primera cucaracha del viaje y chillé como una loca en medio de la calle, tanto que ella y el taxista se asustaron. Me río solo de pensarlo).


Ya delirábamos (de cansancio) y más nos valía un retirada a tiempo que una batalla perdida.
Próximamente 10 de agosto en Tailandia…
Ahora ya puedes escuchar esta entrada en el pódcast de El Café de las Cinco®.

