Mi viaje a Jordania #3
19 de julio de 2022
Me desperté muy descansada y lista para el segundo día de esta aventura llamada Jordania.
Desayunamos, cogimos la mini van y nos dirigimos al Wadi Mujib para hacer barranquismo.
Aquí tengo que detenerme y explicar la anécdota pre-barranquismo.
WeRoad, como ya os he comentado, incluye en el viaje a un coordinador. Esta persona hace un grupo de Whatsapp unas semanas antes de emprender el viaje para explicarte que harás en el viaje, lo que necesitas, empezar a conoceros entre todos los integrantes del grupo…
Cuando nuestro coordinador nos explicó las actividades no incluídas que podíamos hacer y leí «barranquismo» y «acantilados» empecé a hiperventilar (y no va en broma).
De hecho, les comenté a dos amigas, muy preocupada, esto del barranquismo.
Para evitarme un ataque de pánico le escribí al coordinador y le comenté que quizá yo no haría barranquismo.
Well, ¿quién acabó haciendo barranquismo y considera que es una de las actividades más guays del viaje?
Pues eso.
Fue super guay.
Nos pusimos el salvavidas, escarpines en los pies para las piedras y bañador y subimos el cañón a contracorriente por el río.
Al acabar, llegamos a una cascada.
Os dejo fotos porque una imagen vale más que mil palabras.
Al bajar temí por mi vida dos veces, pero todo controlado.
Volví a ver el Mar Muerto, ya que estaba justo al lado de Wadi Mujib, y nos dirigimos a Little Petra, pero antes teníamos que comer y nuestro guía nos consiguió unos shawarmas.
En medio de la carretera hubo un intercambio de dinares jordanos y shawarmas que, todo hay que decirlo, estaban muy buenos. Nunca sabremos dónde se hicieron esos shawarmas, pero seguimos todos vivos, así que poco nos importa ya.
Después de una paradita un poco calurosa in the middle of nowhere, llegamos a Little Petra, que viene siendo como El Tesoro de Petra, pero en pequeño.
Nuestro guía nos explicó toda la historia de aquel lugar y allí nos compramos el típico pañuelo jordano.
Acabada la visita turística llegamos al nuevo hotel, Nomads Petra Hotel, en el que íbamos a pasar dos noches. El hotel era más bien un hostal y tenía un rooftop en el que podías ver las vistas del lugar.
Jordania es un país musulmán y como tal la llamada a la oración tenía que darse, pero yo todavía no la había escuchado.
Aquella noche, al salir a cenar por allí, por fin, la escuché. La llamada siempre te hace ser más consciente de que estás en un país musulmán, aunque así como en Marruecos la gente sí salía a rezar a las mezquitas y lo veías, en Jordania no era tan así.
Al día siguiente nos esperaba un día muy intenso, aunque nosotros no éramos 100% conscientes de ello, así que más nos valía descansar bien si queríamos despertarnos a la hora acordada para ir a ver lo que todo el mundo va a ver cuando viaja a Jordania 😉
Continuará…