Ghosting
Seguro que conoces este término, te lo han hecho (o lo has hecho) o conoces a alguien que haya sufrido ghosting y sino, encantada, ya conoces a alguien.
Quiero hablar de esto porqué me parece importante visibilizar algo que duele igual o más que una bofetada y las personas que hacen ghosting no son conscientes de ello.
Posiblemente ya sepas que significa, pero la palabra ghosting viene de ghost y es cuando una persona desaparece como un fantasma de tu vida, cuando una persona que estás conociendo, y con ello creando un vínculo y manteniendo una relación (por relación entendemos el momento en qué empiezas a quedar con una persona que te gusta) desaparece de un día para otro de tu vida y dejas de saber de esa persona.
Duele.
Duele muchísimo.
Y personalmente, no se lo deseo ni a mi peor enemigo (que por suerte no tengo).
No voy a hablar del término como si fuera una experta en psicología (porque no lo soy), sino desde mi experiencia; desde el dolor que produce sufrir ghosting.
Aunque no te lo creas, el ghosting es una forma de violencia y se ve que hay muchos tipos de ghosting de los cuales no voy a hablar porque no es mi competencia.
El ghosting no es una tontería, no es una chorrada y no está bien. Hoy en día, las personas usan esta palabra al tuntún y algunas hasta se ríen. No hace gracia.
Cuando lo sufres te sientes super culpable y empiezas a pensar qué has hecho mal, que tienes tú de malo, ya que recordemos que la otra persona ha decidido, sin consultártelo, dejar toda comunicación contigo y tú no sabes el porqué, desconoces el motivo y aunque no quieras, tu cabeza, inmediatamente, empieza a preguntarse el porqué esa persona está haciendo esto, empieza a preocuparse por el otro (porque quizá le ha pasado algo)… pero a medida que pasan las horas te das cuenta de que no le pasa nada…
Bueno sí, que le importas una mierda (ahora y antes de hacerte ghosting, porque una persona que siente y tiene interés en ti desde el principio no ejerce este tipo de violencia sobre ti).
Sufrir ghosting es muy duro, porque te deja devastada. La incertidumbre que produce el pensar que un día crees estar con alguien y a las horas esa persona decide desaparecer de tu vida sin previo aviso, y que por algún motivo que desconoces, decide no contestar más a tus mensajes, pero sí los lee, pero sí ve tus stories en Instagram… la sensación es horrible. Todavía siento dolor en el pecho al pensarlo.
Sin embargo, una vez experimentas lo que es el ghosting aprendes varias cosas.
La primera es que el problema no eres tú, aunque lo pienses más de una vez durante más o menos días, el problema no eres tú.
La segunda es que la persona que hace ghosting tiene la misma responsabilidad afectiva que un huevo, es decir, cero y por lo tanto te demuestra que esa persona no era para ti porque tú no quieres a una persona irresponsable afectivamente en tu vida.
La tercera es que te demuestra que es una persona muy cobarde e inmadura. Alguien que prefiere hacer ver que no lee tus mensajes, que prefiere no contestarte o huir antes de decirte que no quiere seguir conociéndote o seguir teniendo una relación contigo no vale la pena.
La cuarta es que tu valía no cambia. Sigues siendo una persona valiosa, a pesar de que tu autoestima mengüe debido al ghosting. Es normal, pero hay que recordarse a una misma que sigues siendo la dueña de tu vida y que haber conocido a una persona cobarde, inmadura e irresponsable afectivamente no es culpa tuya.
Sabes qué pasa, que el hecho de estar conociendo a alguien o estar con alguien no te da derecho a actuar así, a hacerle ghosting. Por ese motivo, cuando alguien hace ghosting dice más de esa persona que de la persona que lo sufre.
Ya sabemos que nadie es perfecto y todos tenemos nuestras cosas, pero cuando empiezas a conocer a alguien, a entablar un vínculo y a mantener una relación (teniendo en cuenta que por relación entendemos el momento en qué empiezas a quedar con esa persona), las cosas se van hablando, la comunicación entre ambas partes es importantísima y se tiene que dar para que la relación sea sana y pueda mantenerse en el tiempo (dure más o dure menos).
Si hay algo de la otra persona que te gusta más o te gusta menos, o si necesitas algo del otro se debe decir, sin exigir, pero se debe decir.
Siempre pienso y siempre digo que las personas se entienden hablando. El ser humano es el único animal que usa el lenguaje para ello y muchas personas deciden no hacerlo en circunstancias en que debería ser obligatorio.
Pueden haber mil razones detrás de un ghosting, y con esto no estoy justificándolo ni mucho menos. Lo que quiero decir es que si hay mil razones para hacerlo, también hay mil razones más para comunicárselo al otro. Simplemente no todo el mundo es igual de maduro, de valiente y de responsable afectivamente.
Sé lo duro que es tener que decirle a alguien que no te gusta, que prefieres no seguir conociéndole, que prefieres dejar la relación… y entiendo que puede dar miedo y que puede saberte mal por el otro, pero el miedo solo paraliza y si pensamos en que decirle a alguien que no te gusta le va a hacer daño, imagínate si dejas de hablarle de la noche a la mañana, cuando esa persona piensa que todo está bien entre vosotros… El daño es infinitas veces mayor y muchísimo más difícil de gestionar y de hacer el duelo.
De hecho, cuando alguien te hace ghosting, el duelo que haces es raro y nunca llegas a hacerlo del todo, porque en ningún momento te han dicho que se ha acabado la relación, a pesar de que todas las señales indican que sí. La verdad es que tu cabeza nunca ha obtenido un no por respuesta, a pesar de que el silencio sea ya de por si una respuesta.
El ghosting es algo horrible, muy duro y difícil de gestionar y que debería erradicarse.
Es cierto que el hecho de estar tan digitalizados hace mucho más fácil que se produzca el ghosting. De hecho, dicen que las personas menores de 35 años han sufrido, han hecho o conocen a alguien al que han hecho ghosting. Esto es muy fuerte.
Sin embargo, muchas personas también acarrean la culpa a las apps de ligoteo y yo, personalmente, no creo que sean las culpables.
Conocer a alguien en una app y hacerlo en un bar viene siendo lo mismo. Somos personas igual. Yo soy la misma persona en una app que un bar y mi responsabilidad afectiva no cambia ni depende de conocer a alguien en una app o hacerlo en un bareto. Quién decide hacer ghosting es porque quiere, porque, desgraciadamente, es así, no porque esté en una app de ligoteo.
Un abrazo muy fuerte a todas las personas que han sufrido o están pasando por un ghosting actualmente. Sé que es muy duro, pero recordemos esto: TODO PASA y esto también pasará. Nada es para siempre.
Si eres de las personas que no ha sufrido nunca ghosting, tienes mucha suerte, muchísima, y soy consciente que si no lo has sufrido nunca te cueste entenderlo o incluso llegar a empatizar con la situación, pero espero que después de leer esto nos entiendas un poquito más a las personas que sí lo hemos sufrido y consigas empatizar con nosotras.
No se trata de aconsejar a nadie, ni de llorar ni de pegar a nadie. Con estar ahí, es más que suficiente.
Mucho amor para todxs.
xoxo
Irene
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