#8 Descubriendo Lanzarote: Naturaleza y Arquitectura
Aquel día en Lanzarote hice muchas cosas que no tenía previstas.
Al final, 10 días dan para mucho y Lanzarote no es tan grande. Dicho esto, mi recomendación es que 5-6 días son suficientes para ver la isla y hacer alguna actividad como la que hice yo el séptimo o tercer día.
Aquel día, mientras desayunaba, me preparaba la ruta que iba a hacer aquella mañana, ya que yo procuraba visitar varias cosas por la mañana, volver al hotel para comer (porque tenía la comida incluida) y hacer otras cosas por la tarde.
Aquella mañana cogí el coche y me dirigí a Tahíche, a la Fundación César Manrique.
César Manrique fue un destacado artista, arquitecto y ecologista canario que desempeñó un papel fundamental en la conservación y promoción del paisaje y la cultura de Lanzarote.
La Fundación es actualmente una institución cultural que se dedica a preservar su legado y promover la armonía entre la naturaleza y la arquitectura en la isla, pero en su tiempo fue una de las casas de este señor.
La entrada me costó 10 € y, nada más llegar, aluciné. La estructura arquitectónica estaba inmersa en la lava solidificada y la visita por dentro me encantó.
Hay otra casa de César Manrique en Haría, pero a esa no fui.
Cuando finalizó mi visita a la Fundación César Manrique, me dirigí a la Casa Museo del Campesino, otra obra de César Manrique, y donde la entrada es gratuita.
Antes de entrar verás el monumento a la fecundidad, y si decides pasear por el lugar, es bonito de ver, aunque sin más. Hay algunas pequeñas tiendas artesanales y también hay un restaurante subterráneo.
Después de esa visita, me dirigí a las grietas. Este spot lo encontré cotilleando blogs de viaje y cosas que ver en Lanzarote, y me llamó la atención, así que fui a verlo.
Las grietas, tal y como su nombre indica, son grietas de lava enormes que se formaron en la ladera del volcán Montaña Blanca y puedes caminar entre ellas.
Para visitarlas, puedes ir en coche y aparcarlo al ladito de la carretera. Luego tendrás que subir andando hasta las grietas. Esta es la dirección que yo usé para llegar hasta allí.
La naturaleza en Lanzarote no dejó de fascinarme en todo el día. Entre la casa de César Manrique bajo la lava y las grietas, me encontraba maravillada.
Por la tarde, me propuse ir a ver la capital de Lanzarote, Arrecife, y me tocó aparcar súper lejos del centro. Por ese mismo motivo, me tocó andar un montón bajo el calor, pero decidí ver las cosas más importantes de Arrecife, como el castillo de San Gabriel (a lo lejos), el Puente de las Bolas, la estatua de un general que todavía sigo sin saber quién es, la Casa Amarilla, la parroquia y el charco de San Ginés.
No sé si fue por la hora, pero no había casi nadie por las calles de la capital, y eso la convirtió en la capital más tranquila en la que había estado.
Al volver al coche, lo hice por la orilla del mar, y el camino se hizo algo más agradable. La verdad es que la playa de Arrecife me gustó, ya que para ser la playa de una ciudad, había poca gente y se estaba muy tranquilo.
Al volver al hotel, aproveché los últimos rayitos de sol en la piscina y di por finalizado el octavo día en Lanzarote.
Continuará…